domingo, 12 de diciembre de 2010

México. Noviembre 1980.

Luis Rico

Coco Manto me llamó para decirme que los compatriotas exiliados habían logrado la concesión del Auditorio de la Universidad Autónoma de México para hacer un homenaje a Marcelo Quiroga Santa Cruz y que debía yo venir a México DF para cantar la canción “Cristina”. Desde Jalapa Veracruz al DF viajé 6 horas para llegar a la magnífica Universidad.

En el escenario central de la UNAM, con la mirada serena de sus ojos húmedos, estaba Cristina Quiroga Santa Cruz junto al gigante de la literatura mexicana, autor de Pedro Páramo: Juan Rulfo.

Después de varios discursos y como participación central, el anunciador presenta al autor de El Llano en llamas. El escritor se incorpora y camina hacia el micrófono, busca sus lentes y todos notamos que los ha olvidado. A tiempo de guardar el papel que no podía leer, dice: -Conocí a Marcelo Quiroga Santa Cruz en un encuentro de escritores en Santiago de Chile. Por su conversación y su palabra clara, percibí en él, un talento innato. En esa ocasión, Marcelo Quiroga Santa Cruz me preguntó: -Qué deberíamos hacer los escritores para evitar tantos golpes de estado militares en América Latina- Y yo le respondí, dice el Maestro Juan Rulfo:

“No hay general que resista un cañonazo de 50 mil pesos.” Claro que aquí, en este gobierno de López Portillo, ahora se los dan por millones para mantenerlos tranquilos. El auditorio estalló en aplausos.

Al día siguiente todos los periódicos mostraban en portada el discurso del entrañable Juan Rulfo a quien solo en una semana pudieron abatirlo con declaraciones institucionales, discursos políticos y sesudos análisis mediáticos.

Coincidiendo con Vicente Leñero, otro escritor mexicano, allí conocimos y nunca olvidamos a Juan Rulfo un hombre sencillo en su genialidad, quebradizo en su fortaleza, tímido en su palabra exacta, enorme y frágil como todo ser humano.

Allí canté esta canción que compusimos con Jorge Mansilla Torres-Coco Manto actual embajador de Bolivia en México


Cristina


Guarda la instancia entristecida

Que crece en tu melancolía

Novia de gloria desolada

Y brotemos Cristina al nuevo día.

Verde cristal de tu mirada

Crisol sereno de alegría

Cuida esta rosa de guitarra

Y brotemos Cristina al nuevo día.

“Y mañana el pueblo” Cristina,

Como quisimos, uno y nuevo.

Con la bandera matutina de tu ternura

A sangre y fuego,

Porque, Cristina, para siempre,

Somos tú, eres nosotros.

Lunes 13 de Diciembre de 2010

jueves, 7 de octubre de 2010

Freddy Alborta y las fotos del Che


1967.Mientras al pie del legendario cerro de Potosí llorábamos la fiesta de San Juan enfriada por la noticia de la masacre ordenada por el General René Barrientos en los campamentos mineros de Siglo XX y Catavi, seguramente Freddy Alborta, con sus vitales 35 años estaba destinado parala foto con la que pasaría a la posteridad.

Custodiado por militares, Freddy Alborta llegó a la lavandería donde el Che yacía semidesnudo en una especie de camilla. La cámara captaba la estatura del hombre nuevo que a pesar de su muerte está volviendo a nacer y el triunfo satisfecho de los asesinos.

La agencia de noticias UPI, los periódicos Presencia, Jornada y Última Hora le permitieron a Freddy, mostrar la imagen que produciría conceptos cristianos, el encendido de velas, rituales anuales de los campesinos del lugar.

La reencarnación y el segundo nacimiento del mito que hoy camina en el Memorial de Santa Clara y en las humildes casas de Vallegrande, provoca la desbordante publicación de la fotografía de Korda, estudios fotográficos y cinematográficos como “El día que me quieras” de Katz

1974 Conocí a Freddy Alborta en el periódico Presencia cuando otra fotografía pasaba a la clandestinidad, la de Benjo Cruz que de pie, con poncho y guitarra, lucía heroico después de su doble asesinato en la guerrilla de Teoponte.

Una tarde del Café La Paz, Freddy me pidió cantar frente a su cámara. No pudimos hacerlo porque estábamos marcados en las listas negras estatales de la dictadura del Coronel Hugo Banzer.

2001 Nombrado Director del FIC, lo visité en Foto Capri de la Calle Colón esquina Mariscal Santa Cruz y le propuse exponer todas las fotos del Che en el Festival Internacional de la Cultura de Potosí, bajamos al sótano de su estudio y me mostró los contactos de fotos que no fueron publicadas y tampoco pudimos exponer en Potosí.

A partir de la cámara de Freddy Alborta, el Che ha vuelto a nacer y camina más vivo que nunca por las serranías de Vallegrande.

San Ernesto de la Higuera

Sobre la canción de Carlos Puebla

Texto de Luís Rico


Aquí se queda la clara

La entrañable transparencia

De tu querida presencia

Comandante Ché Guevara.


Tu imagen de Comandante

Ha quedado en verde tumba

Transformada en una cuna

En tierras de Vallegrande.


Aquí tu puño valiente

Mientras se alzaba en lo claro

Los mineros solidarios

Morían en SigloXX.


En la Quebrada del Churo

Comienzo de tu calvario

Alumbraba el día claro

De tu brillante futuro.


Este nuevo amanecer

Es nuestro Che Comandante

Porque aquí en Vallegrande

Usted ha vuelto a nacer.


Qué grande ha sido el destino

De sus estampa guerrillera

San Ernesto de La Higuera

El santo vallegrandino.


Seguiremos adelante

Sobre esta tierra sembrada

Tu cuerpo está en Santa Clara

Pero tu alma en Vallegrande.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

VOLVER O NO VOLVER A BOLIVIA

Hace mucho tiempo atrás, una noticia comentaba que Luís Alberto Chito Valle habría cumplido pena de cárcel en Canadá. Cumplida la condena, desesperado volvió a Bolivia donde estaba estrechamente ligado al Coronel Bánzer. Se lo veía casi en primer plano cuando el canal 7 transmitía desde Palacio el discurso del presidente de facto. Posteriormente, en vagoneta acompañada de otros dos vehículos de guardia, rumbo a su agitada oficina prefectural.


Una noche notoriamente le vi sumarse a mi siempre atento público cruceño, después, gracias a Carlitos que, confirmando su ausencia para evitar fotografías, conocí su hotel en Rurrenabaque. En 2006 cuando hacíamos una gira, lo vimos en una calle de Santa Cruz, vistiendo botas tejanas pantalón y chamarra de cuero y casco de la época hitleriana, montado en una motocicleta “jarley”. El tiempo pasa y trayéndoles a la memoria el fragmento de una canción que en el género de humor ácido intenta pedagogía para las nuevas generaciones, vuelvo a ver a Chito Valle tratando de evitar bajar del avión y haciendo el supremo esfuerzo de no volver a Bolivia.




El vals de los corruptos

Al llegar el medio día
Se alborota la ciudad
Se venden discos piratas,
Libros, celulares, hojas de afeitar.

En la esquina de la plaza (Murillo)
Bien atento hay un señor
Chito Valle el “comerciante”
Vende la “Chatarra” todo al por mayor.

viernes, 27 de agosto de 2010

Desaliento y Dignidad

Enciendo la computadora e ingreso a internet gracias a la empresa que me hace el servicio por unos dólares equivalentes en sostenible moneda nacional. ¿Para qué? Todos los días recibo unos treinta correos, puedo chatear, entrar a facebook, enviar saludos, mandar proyectos, recibir respuestas, leer periódicos del mundo, clasificar información, guardar cosas curiosas y cuando estoy navegando y escribiendo notas, que para mi, son muy importantes, viene Ignacio (3 años) hace click en un botón de mi pc para decirme:-Abuelo, me invitas un jugo de mandarina? He aprendido a rescatar documentos no guardados y esperar las once de la noche para abrir correos con asuntos interesantes como el que me llega con el artículo del maestro cantautor, del entrañable amigo con el que compartimos esperanzas en: Varadero 81, Abril en Managua, El canto en Ecuador, El retorno de la Democracia en La Paz y un Canto para los mineros en la mina de Siglo XX.


Bloqueo. Silvio Rodríguez. Publicado el 23 Agosto 2010

Estuve en la ciudad desde el sábado, me trajo la urgencia. Se nos fundió la tarjeta de video de la computadora, y Ojalá se detuvo. Aquí no se venden esas tarjetas. Ay de la compañía que lo haga. Multas millonarias contra ellos. Tampoco podemos encargarlas, por supuesto desde Cuba. Ese es nuestro defecto: vivimos donde no debemos. Por vivir donde nacimos somos malos, somos cómplices y, para colmo, somos bobos. La estupidez de vivir en nuestro propio país nos dificulta crear escuelas de música y estudios de grabación. Mucho más sostenerlos. ¿A qué condenado se le ocurre mejorar siquiera la parte del panorama profesional que le corresponde? Lo que hay que hacer es irse. Si es ilegalmente, mejor. Para algunos, la única forma de legitimar un proyecto es descalificando lo que sea que haya ocurrido en el último medio siglo en Cuba. Nos castigan porque nos quieren mucho. Sufren de vernos padecer en esta isla maldita. Por eso nos aprietan tuercas. Para que aprendamos a ser mejores cubanos desde afuera. Y toman medidas para aislarnos a los que ya éramos isleños. ¿Por qué las toman? Porque son los más ricos, los más bellos, los más felices. ¿Por qué contra nosotros? Porque nos consideran lo contrario. ¿Quiénes aplauden? Los que suspiran por parecerse a ellos. Por suerte siempre hay manos que logran escapar de ese “mundo libre”. Benditas. Somos un país que se dedicó a alfabetizar, a construir universidades de médicos y artistas. Y ahora pretenden hacer ver que nos gusta tener pianos sin cuerdas y vientos sin zapatillas. Vaya imaginación. http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/08/23/bloqueo/

Desaliento y Dignidad del entrañable Silvio. Conozco ese sentimiento porque cargando la guitarra, hemos cantado clandestinos a partir de 1964 cuando el General Barrientos clausura el año escolar dejándonos en caída libre sobre terreno pedregoso, la masacre de mineros en la noche de San Juan, los sucesivos golpes de estado militares, el plan cóndor, la prisión, la tortura, la muerte, la desaparición, los gobiernos militares relacionados con el narcotráfico, la recuperación de la democracia y el tiempo vergonzoso de ser gobernados por dictadores reciclados y narcovinculados mientras cae…l e n t a m e n t e…el muro de Berlín arrastrando en su remolino a personalidades, dirigentes, líderes de partidos de izquierda y promesas de revoluciones mientras el neoliberaismo obedece líneas de política económica para salir del subdesarrollo y entrar a calidad de países en desarrollo para justificar la capitalización de las empresas estratégicas a precio de gallina muerta. Desaliento y Dignidad. Conozco ese sentimiento. A partir del año 2005 vivimos un nuevo tiempo. Estamos llegando al espacio con satélite propio mientras los indígenas del Beni se disponen a marchar. Estamos viajando en avión propio mientras hay problemas limítrofes entre Oruro y Potosí cuyos pobladores intentan pasar del estatus de miserables al estatus de pobres. Nuestra economía está más sólida que nunca, el estaño en 9 dólares la libra fina y el gas que dosifica el herario nacional mientras un niño mira como única opción, el sendero por donde se va su padre a trabajar en la mina. Y como dice Silvio: La estupidez de vivir en nuestro propio país nos dificulta crear escuelas de música y estudios de grabación. Mucho más sostenerlos. ¿A qué condenado se le ocurre mejorar siquiera la parte del panorama profesional que le corresponde?

Desaliento y Dignidad. Conozco ese sentimiento.

martes, 24 de agosto de 2010

Las primera canas de Evo Morales

Confieso: Yo fui la “oveja negra de la familia” y mi madre, jalándome las orejas, me decía: “Me estás sacando canas verdes” y después de una buena comida y un beso en la frente, continuaba mí empecinado camino de cantor que me llevó a toda América Latina, Australia, Canadá, Estados Unidos y Europa. Volviendo de Europa conocí a Evo Morales dirigente cocalero que volvía a Bolivia con los ojos encendidos después de conocer a la gente que hoy lo admira y lo adula por el camino recorrido. Después de saludarnos, nos sentamos frente a frente en el transporte manga para entrar al avión rumbo a Sao Paulo o Lima. Esos momentos me permitieron registrar la imagen de un joven medianamente musculoso hecho a golpe de trabajo, con un corte de pelo corto y firme, como recién salido del cuartel. Pasó el tiempo y para mi sorpresa, lo vi en la televisión dando guerra a los neoliberales. Su vertiginosa carrera escasamente comentada por analistas y prensa nacionales, me sorprendió en otros quehaceres hasta que, el 27 de Julio de 2002 me invitó a cantar en Chimoré. Tuve que esperar dos hora bajo al sol para poder subir al escenario y cantar las canciones que personalmente me pedía. Cuando anunció el almuerzo (pescado para todos) otra vez nos sentamos frente a frente para tener la oportunidad de hacer otra observación y registrar la nueva imagen del Evo parlamentario en franca carrera ¿A dónde?
No sabía. En 2005 los supimos y hoy 2010, se a dónde va y lo acompaño porque creo en este proceso que a trancazos y tropezones, finalmente, incluye a los eternamente excluidos: Los campesinos, los mineros, las mujeres, los niños, cuya realidad conozco personalmente cantándoles en estos 42 años. Hoy que debo llamarlo Señor Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, líder de la Revolución Cultural y Democrática, la imagen de Evo ha cambiado. Evo no toma Coca Cola ni come pollo, pero le están saliendo las primeras canas y esas canas se llaman: Margarita Terán, Román Loayza, Filemón Escobar, Santos Ramírez, Lino Villca, Alejandro Almaráz, Felix Patzi, René Joaquino, Fidel Surco, Gustavo Torrico y el NarcoAmauta, pero ya no le quitan el sueño: Rubén Costas, Ernesto Suárez, Mario Cossío ni Leopoldo Fernández. En esa vertiginosa carrera y subido en moderno avión, ya no le interesan: Alex Contreras, Mánfred Reyes Villa, Branco Marincovich, Ana Melena, Jhon Cava ni José Luís Paredes.
A sus ministros les endosa su inquietud por Celestino Condori, Adolfo Chávez, Rafael Quispe y Marcial Fabricano.
Las canas que tengo son tantas como las horas, las semanas, los meses y los años que no he vuelto a hablar con mi amigo Marcelo Quiroga Santa Cruz.



jueves, 10 de junio de 2010

Jaime Torres. “La murga de los bolivianos”

Luis Rico Cantor entrevista a Jaime Torres Charanguista

Conocí a Jaime Torres en Erlangen, Alemania. Desde entonces, manteniendo distancia o buscando acercamiento, llevamos adelante una amistad que se reafirmó en una sentida noche de Mayo, en la zona de Irpavi de la ciudad de La Paz.


Luis Rico.- Cuéntame la historia de tu esfuerzo para poner el charango en escenarios argentinos. Jaime Torres.- Me alegra mucho que una persona del arte musical comprometido me haga la pregunta que un periodista pudiera hacerme, porque cobra mayor valor, porque somos nosotros mismos, los protagonistas, los que nos interesamos por saber un poco más, cómo han sido nuestras historias con las que estamos comprometidos con una causa común de identificación, porque detrás de la música, detrás del instrumento, está una persona. Yo soy un poco esa respuesta y viniendo de dónde yo vengo, de padres bolivianos. No solo de padres, sino de familia boliviana. Mi madre, una chola nacida accidentalmente en Calama con familia cochabambina, mi padre chuquisaqueño, hicieron que yo tuviera esta cosa que fue amasando el tiempo. Incentivado por mi padre, yo era componente de una murga llamada “La murga de los bolivianos” y cantábamos: Esta murga se formó Atrás de un piano Por eso le pusimos La murga de los bolivianos. En 1943 tuve conocimiento del instrumento cuando Don Mauro Núñez llegó a Buenos Aires. Sentí realmente una atracción por el instrumento. Don Mauro Núñez para mi fue la persona más importante y definitiva para poder aprender y aprehender lo que él manifestaba. El respeto al instrumento. Me gustaba lo que decía y hacía, pero yo, con el respeto que le tenía y le tengo, yo no quería imitarlo, yo tenía que hacer otra cosa. Había asumido un compromiso. Hacer música enrolada en el arte, fundamentalmente como un hecho social en el tiempo en que los hijos hablaban alemán y tocaban piano o violín que eran instrumentos bien vistos y causaba alegría en los padres emigrados de Alemania, increíble ¿no? Claro si los padres eran alemanes, los hijos debían hablar alemán ¿no? Nosotros nunca vimos esa misma alegría, ese orgullo, cuando un chico hablaba quéchua. Yo comencé grabando para Don Carlos Vega, famoso musicólogo en América Latina y te digo que la ficha técnica estaba escrita y decía: En Buenos Aires encontramos un bicho raro que tocó charango.

L.R.- Don Mauro te enseñó muchas cosas?

Jaime Torres.- Si. Sobre todo me enseñó la fidelidad al instrumento, mientras intentaba ser fiel al instrumento, era fiel a mi mismo, y con esto, yo podía mirar con orgullo los ojos de mis padres, los ojos de la gente, sin nada que esconder. La música, la llevé en el alma. Dejé mis estudios. Toda mi familia coincidía en opinión adversa, excepto mi padre que me dijo –Tienes que hacerlo bien- Yo hacía el esfuerzo en mis ratos libres del trabajo de carpintero bajo la mirada de mi padre. Me casé y mi mujer me dijo que debía tener cuidado. Yo no quería tocar en las peñas. No quería porque de alguna manera podía ser seguramente una cosa exótica risueña y sólo de acompañamiento. Ahora si puedo tocar en las peñas porque se que va haber un silencio para el charango. En 1948 vine a La Paz y me presenté en el primer Festival del Instituto del Cine. Eso era como tocar en el lugar de origen del instrumento ¿no? Me alegré. Por supuesto que me alegraba mi búsqueda para que el instrumento tuviera su propio espacio. Eso hacía por Don Mauro Núñez porque él para mi, fue fundamental.

L. R.- Piano y Charango con Ariel Ramírez.

Jaime Torres.- A mis 18 años conocí a Ariel Ramírez y acepté el trabajo con el piano de Ariel, trabajo que había que hacerlo en los teatros, a pesar de eso, siempre había una broma ¿no? Algunos comentaban:-Che mirá lo que toca. Pa´ mi que se le encogió la guitarra después de la lluvia- y se reían. Mientras tanto yo, trataba de mostrar ese personaje que yo quería representar como hombre andino, como hombre de la puna, del altiplano en el lugar que le correspondía. Volvimos a Bolivia con Ariel Ramírez. Recuerdo que hablamos con Jaime Ocampo Director de Phillips en Bolivia que comenta y me dice: Qué sorpresa podría darle a usted, porque usted es como si fuera nuestro ¿no? Yo le digo: ¿Por qué no lo buscan a Don Mauro Núñez? Y Ocampo pregunta: ¿Y quien es Mauro Núñez? Yo sé lo que cuesta ser artista en Bolivia, se lo que les ha costado a ustedes para que ahora el país tenga más identidad. Una Identidad más firme.

L.R.- Naciste en Buenos Aires?

Jaime Torres.- No. Nací en Tucumán y sabiendo que ese trabajo con Ariel Ramírez podía tener sólo por un tiempo, inmediatamente armamos un grupo con Uña Ramos Quenista argentino, Pepe Ramírez eminente músico boliviano

L.R.- A qué otros charanguistas conociste?

Jaime Torres.- Conocí a Tarateño Rojas, Antonio Pantoja. Don Mauro Núñez había conformado un grupo llamado “Pachamama” donde estaba Mario Rudón guitarrista orureño, Tito Veliz, también charanguista era parte de la gente que había quedado del grupo de Ima Sumac en Buenos Aires. Yo era parte de ellos, era la mascota del grupo, yo tenía que cantar, recitar, tocar charango y bailar con una pareja

L.R.- Conociste a William Ernesto Centellas?

Jaime Torres.- Si. Lo conocí en Buenos Aires. Vino a encontrarme. Le pedí que tocara. No quiso diciendo –Mira, otro día vamos a tocar-. Después fuimos grandes amigos. Lo estimé mucho, creo que fue un hombre que marcó mucha huella con su estilo de tocar.

L.R.- A Ernesto Cavour?

Jaime Torres.- Por supuesto, Ernesto fue uno de los primeros que conocí. Por supuesto que tengo el mayor de los respetos y creo que es un hombre que ha trabajado muchísimo por el instrumento

L.R.- Qué has sentido cuando Violeta Parra compone “Gracias a la vida” con charango?

Jaime Torres.- Conocí a Violeta Parra el año ´58 cuando fuimos a Chile. No voy a contar la anécdota porque hasta a mi me da vergüenza. Claro ella, una mujer grande Violeta me decía: ¡Puta que bonito que tocai! Y de dónde sois? ¿Eres boliviano? Yo era mucho más joven en ese momento y no me resultaba nada atractivo. Después en la noche fuimos y le escuché tocar charango uuuuuuu que desastre decía dentro de mi. Mirá vos la arrogancia de jovencito ¿no? La verdad yo dije:-La vocecita…pero cuando empezó a decir las cosas que decía…a los tres minutos era un gigante que estaba en el escenario. Digo con esto, lo irrespetuoso que fui yo con ella. ¡Pero que torpe, qué ordinario, que falta de sensibilidad la mía! Me acerqué y le dije -Qué linda su música-. Después me enteré que había emigrado a Europa y de su muerte.


Jaime Torres, maestro del charango, reconocido en miles de escenarios del mundo, ser humano que levanta la bandera de la cultura en el Tantanacuy. Con un fraternal abrazo nos despedimos pensando en el reencuentro.

sábado, 24 de abril de 2010

Sonreír en las narices del gobierno.

Luis Rico

Marzo de 2010. Plaza Murillo esquina Comercio. Caminando por las calles de la capital política de Bolivia y palpitando el histórico tiempo que nos toca vivir, todavía me “hierve la sangre” cuando la sorpresa detiene mi paso para observar a un hombre que sonríe mirando la Catedral Metropolitana, el Parlamento Nacional y el Palacio de Gobierno. Este hombre que lleva un pañuelo blanco en el bolsillo de solapa, luce recién salido de la peluquería y lleva un maletín que “puede contener” su curriculum vitae, es el aplaudido “Mister Atlas” del ring de lucha libre nacional. Este hombre fue el guitarrista de un mariachi que alegraba las noches de bohemia etílica de los parroquianos de la calle Muñecas.

Este hombre que, según “la justicia” del tiempo de dictaduras y de democracia pactada, “supuestamente” era un elemento del aparato represor al mando de Luis Arce Gómez que, hace 30 años atrás, secuestró al sacerdote Luis Espinal, maniatado lo trasladaron al matadero de Achachicala, donde por cuatro horas, hicieron experiencias de tortura, lo ultimaron con 14 disparos y lo fueron a abandonar desnudo en la serranía. Este hombre es “supuestamente” inocente.

Hoy. Mientras la Justicia ordena desclasificar los archivos del ejército de los años ´80, mientras Olga Flores hace huelga de hambre en la puerta del Estado Mayor para encontrar a los desaparecidos, mientras en el Parlamento aprueban la ley “Marcelo Quiroga Santa Cruz”, mientras la “ley corta” permite ingresar a un tiempo altamente democrático para que, en un futuro muy próximo, podamos elegir por voto universal a los Magistrados de la Corte Suprema Justicia; Daniel Torrico, alias “Mister Atlas” sonríe en las narices del gobierno.



Foto de la cámara de un amigo

BRASIL. LINHA DE PASSE



Llega la invitación que agradezco. Me hago campito en los “quehaceres” diarios y me voy a la cinemateca que, felizmente, decidió volver a la línea original de “Cinemateca”, o sea, entrarle al calendario anual del cine español, del cine francés y del cine brasileño. Brasil, tan cercano geográfica o “geopolíticamente” y tan lejano por el idioma.

Sentado en la cómoda butaca, un señor hace equilibrio para llegar a invitarnos con una caipirinha y un bocadillo. Luego de las palabras de presentación del ciclo…y sin leer el folletito gentilmente distribuido ¡!brums!! …me entrego a la magia del cine.
Futbol-Brasil-Futbol. La tribuna del Corinthians palpita al unísono con el corazón de un niño de vientre en las entrañas de una mujer que galopa en su sitio al ritmo de los goles. La pelota va de gambeta en gambeta y veo que pasar la línea, sale del estadio y se mete en el partido de un barrio marginal donde se cuenta la historia de Cleuza (Sandra Corveloni) y sus cuatro hijos:
Dinho.- (José Geraldo Rodrigues) Metido en el culto religioso, trata de dar ejemplo a sus hermanos con un comportamiento moral extraido de un mundo religioso dudoso.
Darío (Vinicius de Oliveira) Buen jugador de futbol que buscando la gran oportunidad, nos muestra las honduras, marañas y oscuridades de la fama futbolística del Brasil.
Dennis (Juan Baldasserini) Motociclista que en su carrera nos muestra una ciudad caótica y altamente agresiva.
Reginaldo (Kaique Jesús Santos) Personaje “conductor” de la trama. Su papel se desarrolla en el bus de ida a la libertad para buscar a su padre y de vuelta al regaso materno centrado en un sofá.


“Hijo de puta”, la frase de discusión, odio y amores, repetida tantas veces, no incomoda, sino mas bien, muestra la libre decisión de una mujer que quiere tener una familia con cuatro hijos que ama, educa y sobrevive solo con un trabajo de empleada domética regalándose su propia libertad que la traduce en la tribuna futbolera, la biera social, el cigarro frecuente y sus amores que solo dejan frutos y recuerdos.
El director Walter Salles ya es conocido en el mundo del cine por la película “Diários de Motocicleta” que muestra las primeras aventuras del Che Guevara.


Dos son los títulos que me llaman la atención: “Cancoes do Brasil” la experiencia de un duo en el inmenso territorio musical de Brasil que se expone el 14 de Julio y “Benjamim” película basada en el libro de mi amigo Chico Buarque de Holanda que llegará a la pantalla el 4 de Agosto. !Gracias Brasil por regalarnos 38 películas que podemos disfrutarlas durante el año.